miércoles, 2 de enero de 2013

MANUAL ROSACRUCISTA (I) Israel Rojas Romero. "Raghozini"


INTRODUCCION
 
Los años de experiencia que llevamos estudiando la Ciencia Filosófica de los Rosa-Cruz, nos han demostrado que al estudiante nuevo se le presentan serias dificultades, lo que trataremos de obviar según nuestra relativa posibilidad. A este aspecto dedicaremos la primera parte de este manual.
 
La segunda parte esta dedicada a los estudiantes un poco avanzados, pero que a pesar de ello no dejan de encontrar problemas, sobre todo cuando ya entran en el terreno de la comparación entre el lenguaje de diferentes países, como de las diferentes épocas, en las cuales esta ciencia de vida ha tenido auge.
 
Empezaremos por demostrar que la Ciencia Rosa-Cruz, como tal, es el resumen de la sabiduría que los Iniciados han catalogado a través de las edades, para servir los intereses de la evolución consciente, es decir, de aquella que es ya enfocada en la inteligencia y conscientivamente utilizada en la marcha ascendente que el hombre ha de hacer, de lo bueno a lo mejor y de lo mejor a lo óptimo.
 
La Ciencia Rosa-Cruz es la ciencia de la Vida Finita e Infinita; finita en cuanto a que estudia pormenorizada, como detenidamente todas las actividades de la vida orgánica de los reinos, concluyendo en el hombre, en el que aquellos están sintetizados, razón esta por la cual el hombre es considerado como el micro-cosmos o sintético mundo, al par que la naturaleza en su maravilloso conjunto se le llama macro-cosmos o gran mundo.
Infinita, porque estudia el aspecto puramente espiritual o interno y así a través de estos conocimientos el hombre sabe exactamente el valor de su vida espiritual o inmortal.
 
El que emprende esta labor de estudiar la más perfecta, como la más arcaica de las ciencias, suele al principio creer que la meta está próxima, y que con el hecho de haberse leído uno o dos volúmenes ya se habrá convertido en sabio y estará capacitado para ser un perfecto Iniciado, o mas aún un verdadero Mago.
 
Es necesario que estas ligeras apreciaciones sean conscientemente desvanecidas y se sepa con verdadera claridad que la Ciencia Rosa-Cruz es el estudio de la evolución de la vida en sus diversos modos de expresión y que por lo tanto el campo de investigación es prácticamente ilimitado; comprendiendo eso sí, que la Ciencia Rosa-Cruz difiere de aquella que parcialmente se estudia en las Universidades, porque éstas se ligan a un detalle, al par que aquella estudia los principios fundamentales de la vida, realizando así una maravillosa síntesis, la que permite una medular compresión del problema, en mucho menor tiempo del que gasta en una universidad para entender alguna parcialidad del fenómeno vital.
 
Los verdaderos Rosa-Cruz dividen la naturaleza activa en cuatro grandes modos de manifestación energética, conocidos en la tradición como los cuatro elementos o estados de la materia, así: Sólidos, Líquidos, Gaseosos y Radiantes. En las antiguas tradiciones esos mismos elementos o estados de la naturaleza recibieron los otros nombres, como tierras para los sólidos, agua para los líquidos, aire para los gaseosos y fuego para los radiantes. En la India milenaria estos estados son llamados “tatwas”, y así cada cultura les da nombres característicos, como por ejemplo el de “puaj” en la culura Maya; ya veremos en detalle cómo enfocarlos en forma práctica, para poder comprender sus correlaciones y correspondencia coordinando las diferentes tradiciones, facilitando así el estudio de obras de verdadera trascendencia.
 
También las palabras Cuerpo, Alma y Espíritu serán estudiadas debidamente, para establecer la diferencia que es necesario exista en la esfera intelectual para tener una comprensión formal de su sentido e importancia; los términos Ego, Yo, no Yo, conciencia, conocimiento, supraconciencia, intelecto,imaginación y demás términos del léxico espiritualista, serán analizados según nuestro alcance, para que este Manual cumpla verdaderamente la misión que le está encomendada.

Se llama este libro Manual Rosa-Crucista, pero será de gran importancia a los estudiantes de Teosofía, Cábala, Yoga y Psicología y en fin, todas aquellas escuelas que se preocupan de buscar una explicación a los diversos interrogantes que necesariamente aparecen en la inteligencia de todo aquel que cansado de creer, quiera al fin saber.
 

EL AUTOR
 

EL SÍMBOLO DE LA ROSA CRUZ
 
Con mucha frecuencia solemos escuchar la frase curiosa como suficiente, de los que dicen que porqué a estos estudios se les ha de amparar con el título de Rosa-Crucismo , y por qué no llamarlos de otro modo, como por ejemplo Escuela de Santidad, Asociación Fraternal, Filosofía Espiritualista, Metafísica Sociológica, etc. Los que así hablan desconocen completamente el por qué los verdaderos sabios han dado el Filosófico y Científico título de Ciencia Rosicruciana a la genuina Ciencia de la Vida; procuraremos demostrar los sólidos fundamentos en que se apoya este nombre, muchas veces milenario.

Todo lo que viene de lo indiferenciado a lo diferenciado, de la energía a la sustancia y de ésta a la forma, procede, sin excepción ninguna, de la convergencia o cruzamiento de dos fuerzas, las que dan lugar a un tercer estado o condición. Es pues la cruz, la razón de ser de toda cosa, sin que en esta regla exista excepción; es la razón fundamental por la cual la Cruz es para los Rosa-Cruz, la vida manifestada en las formas.

Todo viene a la experiencia por el poder de la Cruz; el agua es un compuesto de hidrógeno y oxígeno; es decir, que al cruzarse estos dos elementos se produce el compuesto llamado agua, base y fundamento indispensable de todo organismo.

Un ser cualquiera viene a la existencia por el cruzamiento o combinación del principio masculino, zoospermo, con el elemento femenino u óvulo, es decir que la Cruz de las células masculina y femenina son absolutamente indispensables para la creación de los nuevos seres, ya se llamen vegetales, animales u hombres.

Los astros en el sistema están sostenidos por el cruzamiento de las fuerzas eléctricas y magnéticas, las que hasta ahora se han venido catalogando como fuerza centrífuga y centrípeta; estamos viendo pues, concretamente, que la armonía de los mundos se sostienen gracias al poder de la Cruz, o cruzamiento armónico de la energía centrífuga con centrípeta, o mejor de la electricidad con el magnetismo, siempre el poder de la Cruz.

La luz de la bombilla eléctrica que usualmente ilumina las actuales residencias, se produce gracias a la cruz o cruzamiento de una corriente eléctrica positiva y otra negativa. El fenómeno es siempre provocado por fuerza y resistencia; en este cruzamiento tiene razón de ser el calor, la luz, etc., y el grado difiere en calidad por la mayor o menor fuerza y la más o menos resistencia.

Cuando un ente humano va en marcha, un pie se afirma dando estabilidad y así el otro se mueve, asegurando el proceso de la marcha; es decir que hay una cruz formal en el proceso de la marcha, entre el punto de estabilidad y el impulso de movimiento.

La manifestación de simpatía de dos humanos que se encuentran, consiste en cruzar simpáticas miradas y en cruzar igualmente un apretón de manos, otra cruz de naturaleza real.

Hablando del problema más hondo de la vida, y el que más preocupa al ente humano, que es el de la felicidad, podemos decir que ella solamente se obtiene por la armonía que haya entre el PENSAR y el SENTIR; el cruzamiento del intelecto y sentimiento en proporciones justas nos causa la bella sensación de plenitud, que es la única real felicidad.

No es este un dogma, pero sí es una realidad absoluta la que podemos constatar y comprobar en todo fenómeno sin excepción, es decir que nada viene a la existencia, ni puede tener estabilidad sino es por el poder de la cruz; razón esta por la cual las dos palabras cruz y rosa, rosa y cruz, tienen una razón científica, un fundamento filosófico y un valor en sí mismo que no es posible cambiar, a no ser que por necia vanidad pretendamos cambiar algo en lo cual se apoya la verdadera sabiduría de las edades y el hecho palpitante de la Naturaleza.

Pero naturalmente la anterior afirmación no tendría verdadera solidez, si no diéramos explicación del por qué de la Rosa, pues el de la Cruz ya está bien demostrado.

La Rosa en sus estado natural, sin cultivo especial, es una florecilla sin importancia, sin mayor belleza y sobre todo sin AROMA; la Rosa bella, de pétalos delicados, de colores suaves, de conjunto armónico y aroma sutil, ha sido el fruto de la atención que el jardinero, el hombre, ha puesto para llevarla a esa plenitud, gracias a la esmerada concentración y a su gran devoción por la estética belleza de la más saliente, como la más perfecta de todas las flores, la Rosa, tanto que el mismo Jesús la usó, como símbolo de la pureza y de la belleza espiritual, al decir “Yo soy la Rosa de Sharon”, refiriéndose, no a su persona física sino a su Ego divinizado y sublimado a través del esfuerzo de superación verificado a través de las edades en diferentes vidas humanas.

Los Rosa-Cruz han encontrado en la Rosa el perfecto símbolo del alma, ya que ésta también requiere cuidado y esfuerzo para lograr su desarrollo; así como la rosa crece en el cieno, el alma del hombre vive en su cárcel de barro, sin belleza, sin acento, sin bondad, sin aromas y solamente empieza a crecer, a expandirse y a manifestarse en belleza ideal, en armonía espiritual, cuando el hombre, jardinero de su propia alma, le proporciona a ella los elementos adecuados para su desenvolvimiento, tales los nobles sentimientos, los actos de altruismo, la bondad y el culto rendido hacia lo bello, cualidades que van despertando de su crisálida de barro la delicada mariposa, alma que en ella duerme, hasta que al fin por esta cuidadosa atención despliega sus alas multicolores y las extiende y por estética devoción va comulgando con el infinito; esta alma, cual Rosa de Sharon, esta llena de belleza e irradia los aromas que sutilmente llegan a quienes saben sentirlos.

Siendo la Rosa actual de los jardines, fruto del trabajo del hombre y no producto inmediato de la naturaleza, hallaron los Rosacruces en ella el verdadero símbolo ideal del alma, al par que cabalísticamente tampoco esta palabra es reemplazable en forma adecuada, porque ninguna otra hay que corresponda en sentido y belleza a la que sirve para demostrar que uno de los principales fines de la escuela Rosa-Cruz, es el de aumentar la fuerza del alma para que ella se exprese en el ser humano, cada día más pura, cada día más bella y cada vez en más delicados, como sutiles aromas de amor.

He ahí explicado, en breves líneas, el término con que han sido conocidos los más elevados sabios de todas las edades.

Continuará